ALCATRAZ

for guitar octet (2020)

 

Details

Instrumentation: guitar octet

Duration: 5 minutes

Commissioned by: Sicarú Ensamble (México)

 

To request the score and parts, please contact the composer at:
daniel(at)danielcueto.com

 

Acerca de la obra

 

El alcatraz es un tipo de baile afroperuano de carácter festivo, basado en el ritmo del festejo. Se sabe muy poco acerca del origen de este baile, ya que no existen referencias históricas escritas antiguas. Fue reconstruido en la década de 1960, gracias a informantes longevos del siglo XX de las zonas de Lima y Cañete quienes brindaron sus recuentos de estas prácticas musicales, y fue popularizado a partir de entonces.

Debe su nombre, según se cuenta, a un atuendo de plumas de alcatraz que la mujer llevaba atado a la espalda, al nivel de la cintura; en éste sobresalía una larga pluma a la cual debía el hombre poner fuego con una vela encendida, pero sin que ninguno de los bailarines perdiese el ritmo. La destreza con que la mujer ejecutaba los movimientos hacía imposible que el hombre lograra su propósito. Al repetirse la música, se invertían los papeles. Modernamente, las plumas han sido reemplazadas por un cucurucho de papel.

Este nuevo “Alcatraz” fue compuesto por encargo del Ensamble Sicarú de México, para ser incluido en su producción discográfica titulada “Candombé! Música Afrolatinoamericana para Guitarras”. Para escribir esta pieza, tomé como referencia a cuatro de las canciones más conocidas de este género afroperuano. Ellas son: “Préndeme la vela”, de Abelardo Vasquez, “A que muevan la cola” de Victoria Santa Cruz, “Quema tú” de Caitro Soto y “Al son de la tambora”, de Porfirio Vasquez.

Mi primer enfoque fue el de crear una composición original basada en los patrones más característicos del género, pero introduciendo algunos elementos “sorpresivos” y giros inesperados que buscan entablar un diálogo con los elementos más tradicionales. Mi segundo enfoque fue el de explorar las amplias capacidades expresivas de este magnífico ensamble de guitarristas, creando un “alcatraz de concierto” a ocho voces en el que los músicos manejan y combinan sus partes de diferentes maneras.

Esta pieza está dedicada al Ensamble Sicarú, y a todos los cultores y difusores de la música afroperuana.